Compromiso de Raza e Igualdad para impulsar la Convención Interamericana contra el Racismo

El racismo y la discriminación racial y étnica existen y persisten en todas las sociedades, en todos los países y en todas las regiones del mundo, variando las distintas expresiones y manifestaciones del racismo entre culturas, contextos y momentos históricos.[1] A pesar de esta innegable realidad en la mayoría de los países y regiones se suprime, se minimiza y se invisibiliza la existencia del racismo, en lugar de reconocer y celebrar la diversidad de identidades como un aspecto enriquecedor a las culturas y sociedades.

La Asamblea General de la ONU, al declarar el 2015-2024 como el Decenio Internacional para las personas Afrodescendientes, señaló como uno de sus objetivos “adoptar y fortalecer los marcos jurídicos nacionales, regionales e internacionales de conformidad con la Declaración y el Programa de Acción de Durban y la [CERD] y asegurar su implementación plena y efectiva”. Por su parte, y en el marco de este Decenio, la Asamblea General de la OEA aprobó el Plan de Acción del Decenio de las y los Afrodescendientes en las Américas (2016-2025), el cual incluye entre sus objetivos “crear una campaña para la firma, ratificación e implementación de la Convención Interamericana contra el Racismo, Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia y de la Convención Interamericana contra toda Forma de Discriminación e Intolerancia”.

Es así como la firma y ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo es un eje central para el avance de la visibilización y reconocimiento de las opresiones sistémicas que existen en el hemisferio en contra de las personas afrodescendientes, los pueblos indígenas y otros grupos y minorías raciales. Y juega un rol central para que los Estados de la región cumplan con su obligación de promover condiciones equitativas de igualdad de oportunidades y combatir la discriminación racial en todas sus manifestaciones individuales, estructurales e institucionales.

Ahora bien, aun cuando la Convención Interamericana contra el Racismo tiene un gran potencial para lograr el objetivo de reconocer, abordar, reparar y erradicar el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia, su desconocimiento y falta de ratificación por parte de los Estados de la región no ha permitido un uso eficaz de este instrumento afectando el impacto esperado. Con un aumento de los crímenes de odio en la región motivados por la raza, el color, el linaje y el origen nacional o étnico, la Convención Interamericana contra el Racismo no puede ser relegada ni olvidada.

Mientras la discriminación racial y el racismo continúen siendo negados o ignorados por las sociedades y por los gobiernos latinoamericanos no puede haber avance hacia el reconocimiento de la problemática y la adopción de las leyes, políticas y medidas necesarias para combatir la discriminación racial y étnica. El diálogo y la discusión sobre el racismo y la discriminación racial debe ser un proceso dirigido a garantizar la efectiva protección de los derechos humanos en igualdad de condiciones de todas y cada una de las personas de nuestro continente. [2]

La alternativa, es decir no combatir y eliminar el racismo y la discriminación racial en la región, simplemente no es aceptable. Los gobiernos de las Américas no pueden ser quienes promuevan sociedades donde millones de personas sufran diariamente múltiples violaciones a sus derechos y su dignidad como consecuencia del racismo y la discriminación estructural.

El compromiso de Raza e Igualdad es simple: promover que todos los Estados miembros de la OEA ratifiquen la Convención Interamericana contra el Racismo, dentro del Decenio Internacional para las personas Afrodescendientes. Para esto, Raza e Igualdad lanza una campaña llamada “Hacia una región libre de discriminación racial” para lograr la ratificación e implementación universal de la Convención Interamericana contra el Racismo para el 2024. Esto se logrará a través de una combinación de iniciativas regionales, así como de compromisos bilaterales y multilaterales. Esta campaña de Raza e Igualdad ayudará a los gobiernos a superar los desafíos particulares que se interponen en el camino de la ratificación y la implementación, como las brechas en los recursos, la capacidad institucional y la experiencia técnica. Esto requerirá un compromiso amplio y profundo para crear conciencia, abordar preocupaciones y desafíos y promover los beneficios de la ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo.

Invitamos a todos los gobiernos de las Américas a que se unan a Raza e Igualdad para lograr la ratificación universal de la Convención Interamericana contra el Racismo y poner en práctica la Convención antes de que finalice el Decenio Internacional para las personas Afrodescendientes. Hacemos un llamado a la OEA, la ONU, sus agencias y demás órganos intergubernamentales, instituciones nacionales, organizaciones de la sociedad civil, expertas y expertos que pueden brindar asesoramiento de calidad y apoyo sostenido, para que se unan a esta iniciativa para lograr la máxima coordinación, divisiones de tareas y un intercambio creativo de soluciones.

 

[1] Ariel E. Dulitzky, La negación de la discriminación racial y el racismo en América Latina, 8 de noviembre de 2000, p. 1.

[2] Ariel E. Dulitzky, La negación de la discriminación racial y el racismo en América Latina, 8 de noviembre de 2000, p. 20.